En el capítulo de recomendaciones de hoy, hablaremos de los faros de nuestro vehículo, un elemento realmente importante en la conducción y que muy pocos conductores se preocupan por el estado de ellos, salvo en los días previos a la inspección técnica (ITV). Uno de los aspectos que puede ser más perjudicial en los faros, al margen del alineamiento, es la neblina que suele aparecer en la carcasa de las luces delanteras, un problema que reduce a grandes efectos la efectividad en la iluminación.
Las condiciones meteorológicas provocan un deterioro en el material de nuestros faros
Por este motivo, es importante pulir los faros de vez en cuando, ya que la exposición prolongada al sol, la arena, la sal que queda en las carreteras flotando, el frío, el calor o el granizo, provoca con el paso del tiempo un deterioro en la carcasa de nuestros faros que los hace volverse opacos. Y un aspecto a tener en cuenta y el más sencillo para comprobar su estado es mediante el tacto, es decir, si al tocarlos con nuestras manos percibimos que se encuentran ásperos, solo significa que ha llegado el momento de pulirlos.
¿Cómo puedo pulir los faros de mi coche por mí mismo?
Si lo que que quieres es evitar la compra de unos nuevos, lo más recomendable sería pulirlos en nuestra propia casa, ya que al precio de los nuevos habría que añadirle la mano de obra del taller, en el caso de que no vayamos a montarlos nosotros por nuestra cuenta. Por ello, existen dos formas de llevar a cabo esta acción: con un kit de pulimento o simplemente, la solución más barata, con pasta de dientes. Aunque por un precio aproximado de unos 40 euros, podrás hacerlo igualmente en un taller, especialmente si la neblina u opacidad son muy importantes; pero si todavía no ha llegado a ese nivel puede hacerlo tú mismo en casa.
En el caso de que te hallas decantado por el pulimento, necesitarás otros materiales, como una lija, agua con jabón, un taladro con dos o tres discos de lana, pulimento líquido con siliconas, un trapo de algodón y por supuesto, cinta de carrocero para evitar que provoquemos daños a la carrocería de nuestro vehículo.Para ello, procederemos marcando con la cinta de carrocero la zona que delimita los faros con la carrocería. justo después de haber limpiado antes los faros con agua jabonosa para eliminar la suciedad que tenga adherida. Una vez hecho esto, lijaremos el faro con cuidado y humedeciéndolo constantemente, tanto la lija como el propio faro.
Cuando hayas terminado de lijar todas las partes ásperas, deberás limpiar nuevamente el faro con agua, esta vez sin jabón, para eliminar los restos de plástico que han quedado en la superficie para finalizar secándolos por completo. Seguidamente, aplicaremos el pulimento especializado repartiéndolo de forma homogénea sobre el faro mediante un trapo y finalizaremos pasando la pulidora. Es importante repetir este proceso hasta eliminar toda la opacidad de los faros.
Pulido con pasta de dientes
Es la opción más barata y la que también ofrece buenos resultados. Además del empleo de la propia pasta de dientes, tendremos que tener a mano un limpiacristales y papel de cocina. Por tanto, procederemos a aplicar la pasta de dientes sobre el faro extendiéndola bien y frotándola con el papel. Para ellos, lo haremos en círculos unos cinco minutos aproximadamente. A continuación, aplicaremos el limpiacristales y lo limpiaremos con otro trozo de papel. Siguiendo estos pasos, los faros quedarán como el primer día y nuestro coche estará más que preparado para pasar la ITV sin problemas, ya que unas luces en mal estado está considerado como una deficiencia grave.
En Playcar nos encargamos de que tus faros puedan pasar sin problema la ITV
En nuestro taller de Playcar somos especialistas en el pulido de faros y además, te garantizamos que los resultados serán óptimos. Además de lo estético que resulta unos faros relucientes, ganaremos un plus en seguridad en materia de visibilidad, a la hora de ver y ser vistos. No te la juegues con tus faros.